La seguridad del almacén es un elemento fundamental para una gestión eficaz del trabajo. Es sinónimo de calidad de la producción y del ambiente de trabajo. Si el almacén es seguro, también los operadores estarán menos preocupados y más motivados para trabajar, sus tareas serán implicarán menores riesgos y los accidentes se reducirán considerablemente.
Los accidentes repercuten negativamente, ante todo, en el personal, pero también en la salud económica de la empresa: los accidentes frecuentes implican una reducción de la eficiencia, sustituciones de personal, contratos extraordinarios, trámites de seguro y seguros contra accidentes laborales.
El punto de partida para resolver todos los puntos críticos que afectan la seguridad y la eficiencia del almacén es identificar los problemas efectivos. Los «síntomas» más comunes de los problemas de gestión de la seguridad del almacén suelen ser los siguientes:
- Mercancía dañada
- Almacén desordenado
- Quejas de los operadores por actividades y cargas pesadas
- Accidentes frecuentes
- Si adviertes constantemente alguno de estos problemas, ha llegado el momento de repensar la seguridad de tu almacén.
Cuando se habla de seguridad es importante distinguir dos tipos de seguridad:
- Seguridad de las personas que operan en el almacén: afecta directamente a todo el personal que trabaja en el almacén y en las operaciones de desplazamiento de mercancías; concierne los límites impuestos por las normas en cuanto a pesos, tamaños y distancias de los objetos, según la modalidad de desplazamiento, que puede ser manual o con vehículos mecánicos.
- Seguridad de la mercancía: todo el contenido del almacén tiene un valor; los robos y los daños influyen negativamente en el balance de la empresa. Por eso es importante prestar atención al modo de conservar la mercancía para evitar problemas de este tipo.
Veámoslos en detalle.
Safety: seguridad de las personas
Proteger a los operadores
El primer punto absolutamente esencial a considerar es la protección de quienes trabajan en el almacén. En este caso, el concepto de seguridad puede declinarse de dos maneras: adopción de medidas para prevenir accidentes o capacidad de intervenir de manera eficaz una vez que el accidente ha ocurrido. Todos sabemos que es mejor prevenir que curar; siempre es preferible dedicar atención e inversiones a la primera elección. Si los riesgos operativos son altos y se han recibido muchas quejas del personal acerca de este aspecto, es necesario revisar la gestión del almacén.
¿Cómo? Ante todo, monitorizar todas las operaciones realizadas, sin descuidar ninguna, porque una operación realizada pocas veces pero peligrosa para quien la ejecuta debe ser repensada o eliminada.
Analizar cada una de las actividades y todo aquello que les concierna. Esto sirve para entender si el ambiente de trabajo es suficientemente seguro para quienes trabajan en él: ¿la mercancía se encuentra en estanterías tradicionales y el personal se ve obligado frecuentemente a utilizar escaleras y a transportar cargas pesadas a mano? ¿Qué tan seguros son los equipos utilizados? ¿El espacio entre las estanterías es suficientemente ancho para permitir el retiro seguro de la mercancía a quienes utilizan escaleras para alcanzarla? ¿Qué probabilidades hay de que la carga pueda caerse de las manos de un operador? ¿Se respetan los límites impuestos por la ley? Estas preguntas te ayudarán a entender los puntos débiles de tu almacén y el punto de partida para implementar la seguridad.
Si por ejemplo el desplazamiento de las cargas se realiza principalmente en modo manual, los riesgos de accidente son mayores respecto del uso de sistemas automatizados o auxilios mecánicos, ya que los operadores deben empujar, levantar o arrastrar masas muy pesadas, y esto comporta peligros de caída de objetos y riesgos para la salud de los trabajadores.
También el tamaño de las cargas influye en la calidad del trabajo en el almacén. Con cargas de gran tamaño, los operadores tienden a realizar peligrosos movimientos bruscos y torsiones de busto. Por eso, en la óptica de mejorar la seguridad del almacén, hay que definir correctamente el embalaje para reducir al mínimo el esfuerzo requerido a los trabajadores, además de repensar la organización del trabajo.
Mantener el almacén limpio y en orden
Una regla muy sencilla pero fundamental que te ayudará a mantener un nivel de seguridad más elevado para los operadores es precisamente la limpieza del local. Si en el almacén se utilizan sustancias aceitosas, o si el pavimento se moja con frecuencia, el riesgo de accidentes es considerablemente elevado.
Es buena norma en estos casos señalar ante todo el «peligro» y proceder en el menor tiempo posible a eliminar la suciedad y a limpiar el pavimento para evitar caídas que podrían resultar fatales para los operadores y entorpecer el paso de los vehículos empleados dentro del almacén.
Prestar atención sobre todo a las zonas de tránsito: evitar cualquier tipo de obstáculos que puedan causar accidentes: embalajes, desechos, vehículos parados. Los operadores pueden estar distraídos, cansados, o simplemente no ver físicamente el peligro; por lo tanto, todas las personas que trabajan en el almacén deben prestar atención a estos aspectos para favorecer un ambiente de trabajo más seguro para todos. La prisa por terminar con las entregas a veces es causa de olvidos que pueden conducir a graves problemas de seguridad para el almacén.
Organizar cursos de seguridad para todos los operadores y actualizar constantemente a los colaboradores sobre el reglamento
Dar siempre mucha importancia a la formación del personal antes de comenzar a trabajar. Sobre todo el personal que trabaja con medios y equipos de transporte y desplazamiento.
Pedir ayuda y asesoramiento a especialistas en seguridad para averiguar qué tipo de cursos impartir a los operadores y para saber si el almacén es seguro y conforme a las normas.
Prestar atención especialmente en caso de nuevos contratos y adopción de nuevas máquinas. En ambos casos, antes de proseguir con la producción, asegurarse de haber explicado bien al nuevo personal contratado todas las normas de seguridad previstas para el almacén; en el segundo caso, asegurarse de que todos tengan en claro el uso de las nuevas máquinas.
Si el uso de las nuevas máquinas o equipos requiere certificaciones específicas, asegurarse de que los operadores cuenten con dichas certificaciones.
Security: seguridad de la mercancía
¿Has notado un aumento de las mercancías dañadas? ¿Has advertido que algunos productos han desaparecido misteriosamente? Indudablemente éstos son síntomas de fallas en la gestión de la seguridad del almacén. Puede ser que los colaboradores no presten suficiente atención al desplazamiento de las cargas, que la mercancía ingrese fallada y nadie lo señale, que los pedidos recibidos no estén completos (entra menos cantidad de la prevista) o que alguien no tenga un comportamiento honesto.
Resolver este tipo de problema es más sencillo de lo que se cree: es suficiente un seguimiento de todas las operaciones realizadas con la mercancía; por cada pedido entrante hay que conocer con certeza la cantidad y las características (modelo, color, etc.), y también hay que saber quién deposita el producto en la estantería y quién lo desplaza.
Uno de los métodos más sencillos es indudablemente dotarse de un Software Gestional para el almacén donde introducir las operaciones cotidianas. Se puede atribuir a cada persona o grupo de personas determinadas tareas para identificar con facilidad el origen del problema: si una determinada mercancía resulta fallada con frecuencia, será posible dirigirse a la persona encargada y pedirle explicaciones, entender si el problema concierne a la gestión del almacén o si la responsabilidad corresponde a proveedores poco atentos.
¿Muchos problemas? Una sola solución para aumentar la seguridad del almacén
En los últimos años se han introducido en el mercado nuevos tipos de soluciones que simplifican la gestión del almacén aportando mejoras en todos los ámbitos: desde el aumento de la velocidad de las operaciones de recogida hasta la seguridad de toda la planta de producción. Son los almacenes automáticos verticales, tecnologías dedicadas al almacenamiento de la mercancía en bandejas movidas automáticamente por un sistema interno. Mediante una simple interfaz digital es posible controlar la mercancía contenida en el almacén y con un solo clic hacerla llegar directamente a la bahía de carga, que puede ser interna o externa, simple o doble. Como se puede notar, esto evita al personal acciones peligrosas como el transporte a mano de cargas pesadas y la recuperación de mercancías en estanterías muy altas, altillos o entrepisos que generalmente causan numerosos accidentes. Con los almacenes automáticos verticales el operador deberá limitarse a desplazar la mercancía de la bahía de carga y descarga a la carretilla transportadora de manera totalmente ergonómica.
Otro aspecto muy importante es que no todos pueden tener acceso al almacén automático vertical sino sólo quienes reciben autorización. De esta manera es posible saber con exactitud quiénes han realizado determinadas acciones. Esto permitirá no sólo mantener siempre bajo control y en tiempo real todas las actividades del almacén y gestionar mejor los pedidos sino también asegurarse contra el robo de mercancías y sus daños.
Este tipo de almacén es indicado para cualquier tipo de producto, piezas pequeñas, cargas pesadas, mercancía valiosa, y permite almacenar mercancías de volúmenes y pesos diferentes gracias a la gestión dinámica de las alturas de carga: en pocas palabras, esto significa que la máquina gestiona de manera autónoma y automática las distintas alturas entre las bandejas para ahorrar todo el espacio posible. Gracias a la conservación en las bandejas cerradas, la mercancía no se daña y se mantiene limpia.